jueves, 29 de diciembre de 2011
MIS DESEOS PARA DOS MIL DOCE
lunes, 5 de diciembre de 2011
35 LAS MODAS DE FIN DE AÑO
Esta fue mi columna semanal No. 35 para Siglo21, publicada el martes 6 de diciembre de 2011. El texto publicado en la edición impresa difiere del acá transcrito, por edición del personal del diario. El enlace para el sitio web de Siglo21 es http://www.s21.com.gt/vida/2011/12/06/modas-fin-ano

domingo, 27 de noviembre de 2011
BESOS DE CENIZA: ALMA QUEBRADIZA

Aunque innegable que Benetton es una marca ubicua, debo admitir que no es ropa que me interese. Un par de suéteres habrán en mi clóset (seguramente viejos) pero me parece ropa demasiado básica y sobrepreciada, además de diseñada para anoréxicos. Lo que desde hace años disfruto son sus campañas publicitarias. Pese a que su objetivo natural es convencerme de comprar, sé que eso no me interesa, así que simplemente disfruto sus imágenes curiosas, hermosas, casi siempre transgresoras. Recuerdo varias, como aquella de una chica albina rodeada de su tribu africana o la del bebé blanco lactando de una mujer negra y, mi favorita, un collage multiétnico de genitales. Me gusta también la campaña nueva, “Unhate”, que para hoy más de medio mundo seguro ya conoce, como también sabrán ya del Vatiberrinche que armó el Vaticano, quien no tarda en interponer una demanda por faltar el respeto al papa y a sus “fieles” (cuando les conviene) seguidores. Me parece esto una payasada tan monumental como cuando Quezada Toruño armó relajo porque el vocero presidencial osó decirle “señor” y no “monseñor”. La campaña esta de Benetton, ideada, como las otras, por Oliviero Toscani, muestra a parejas de líderes políticos, usualmente antagónicos, besándose entre sí: el presidente de EUA con el de Venezuela (en otra, con el de China), la canciller de Alemania con el presidente de Francia, el principal líder palestino con el primer ministro de Israel, el líder de Corea del Norte con el de Corea del Sur y el papa con el imam egipcio que lidera el centro de adoctrinamiento más importante del islamismo suní. Aunque para muchos sea complicado separar al papa en sus funciones de líder espiritual y político, creo acertado verlo de esa forma. Después de todo, es el Vaticano un estado con territorio, población y soberanía propias. La ira demostrada por los católicos me huele a mero fundamentalismo. ¿Acaso lo peor en la historia de la iglesia católica son besos? ¿Acaso de verdad alguien en el mundo pensaría que la foto es real? La imagen es, básicamente, equiparable a una caricatura política. ¿Se imaginan si los políticos del mundo se dieran a la tarea de plantear demandas contra las caricaturas que los ridiculizan? ¿Y, en todo caso, no se supone que el papa debería, siguiendo las enseñanzas de Cristo, dar el ejemplo de ser humilde y poner la otra mejilla? En fin, me quedo con una muestra más de que el ego vaticano, cuando sale del clóset, es casi tan majestuoso como la banca vaticana.
Esta fue mi columna semanal No. 34 para Siglo21, publicada el martes 29 de noviembre de 2011. El texto publicado en la edición impresa difiere del acá transcrito, por edición del personal del diario. El enlace para el sitio web de Siglo21 es www.s21.com.gt/vida/2011/11/29/besos-ceniza-alma-quebradiza
TEJIDO SOCIAL FASHION

“En Chile no hay indios, sólo hay chilenos” cuenta Galeano que rezaban los carteles de gobierno durante la dictadura de Pinochet; y fue esa la frase que me vino a la mente con la nueva campaña de Saúl E. Méndez titulada –no sé si ingenua, irresponsable o cínicamente– “Tejido social”, una excusa bastante simplona para fotografiar hilos multicolores contra la última colección de ropa de la tienda. Me es difícil pensar otra cosa, porque es obvio que nuestro tejido social –y me refiero al guatemalteco, por si hay duda– no está primordialmente compuesto por personas con pinta ni asiática ni afroamericana ni ibérica ni nórdica, como la de los cuatro modelos utilizados para las fotos publicitarias, tal cual lo hacía Benetton 20 años atrás…salvo que Benetton pretendía reflejar al mundo entero y no un país compuesto mayoritariamente por indígenas de distintas etnias y cuya fisonomía del resto, salvo una pequeña minoría, es mestiza. Por supuesto que en Guatemala contamos con comunidad asiática, tal como también existen rubios de ojo claro y personas con fisonomía ibérica. Tenemos, asimismo, garífunas, que no fueron tomados en cuenta, salvo que el criterio de selección se hubiera limitado a “¡Ay, hombre, negro es negro!”. Pero no nos engañemos: no existe confusión. Los creativos de la campaña tienen todo esto perfectamente claro y simplemente piensan, como muchos, que el populacho es muy feo como para salir en una campaña que, de todas formas, no se dirige a vender ropa a pobretones que no pueden pagarse un tacuche fino. Eso lo entiendo y ni modo. Lo que me parece perverso es llamarle a esa pequeña muestra “EL tejido social”, reconocer que “repararlo” es súper fundamental para los guatemaltecos (palabras de Emilio Méndez, el mismo que sueña con crepas de nutella en las esquinas de los barrios en lugar de los shumos puestos de tostadas) y aun así, que los únicos indígenas involucrados en el proceso sean utilizados como fondo en algunas fotos (mientras trabajan en sus tejidos: mano de obra) y para vender sus lindas artesanías en las calles (en el espacio asignado para ellos) durante el TEJIDO SOCIAL FASHION WEEKEND BY SAUL E. MENDEZ (nótese el spanglish, nuevo orgullo nacional) que se llevó a cabo en Xela este fin de semana recién pasado, perpetuando, indudablemente, el papel de los inditos como vendedores del mercadito a que juegan los niños ladinos, patrióticamente, cada septiembre en sus colegios. “Pintoresco, nena, pintoresco” le dijo aquel señor a Mafalda.
Esta fue mi columna semanal No. 33 para Siglo21, publicada el martes 22 de noviembre de 2011. El texto publicado en la edición impresa difiere del acá transcrito, por edición del personal del diario. El enlace para el sitio web de Siglo21 es http://www.s21.com.gt/vida/2011/11/22/tejido-social-fashion


PEQUEÑAS VICTORIAS
Su régimen de ejercicios comenzó desde agosto y consistió en dos sesiones al día con su entrenador personal. Una nutricionista midió su masa muscular, sus niveles de grasa y de retención de líquidos. Su dieta incluyó licuados de proteína, vitaminas y suplementos para mantener optimizados sus niveles de energía durante el intenso entrenamiento físico. Durante todo ese tiempo, bebió un galón de agua diario. Nueve días antes del evento, su ingesta diaria consistió exclusivamente de licuados, es decir, nada de alimentos sólidos. Dos días antes, dejó de beber el galón de agua y bebió líquidos “normalmente”. Doce horas antes, dejó de comer y beber del todo. Evitando cualquier líquido para “secarse” se pueden perder hasta ocho libras de último momento, dice. Según una entrevista para el diario londinense The Telegraph, todo eso, señores, es lo que hizo la modelo Adriana Lima antes de caminar por la pasarela delVictoria’s Secret Fashion Show de la semana pasada en variedad de calzones, brassieres y alas de ángel, para deleite, sobre todo, de los chicos púberes del mundo que luego verán la transmisión televisiva una y otra vez en esos extraños días en que deciden “bañarse” seis o siete veces, tan limpios ellos. La cuestión es esta: el desfile de Victoria’s Secret, por mucho que presente modelos con cuerpos un tanto más saludables que las pasarelas de moda comunes, lleva algunos años marcando la pauta de lo que se considera la belleza femenina para el resto del mundo. Me pregunto cuántas personas se han sentido inadecuadas al probarse un atuendo de esos de Victoria’s Secret y se deciden a comprar mejor uno de esos sprays con olor a fruta y esperar hasta que la próxima dieta haga sus efectos. Lo entiendo, yo he estado allí (no probándome brassieres en Victoria’s Secret, sino en la situación...luego de ver la lica 300 pasé varios días detestando el espejo, por ejemplo) pero, sorpresa: son puras estupideces. Una persona común, sea de donde sea, no tiene ni la plata ni el tiempo para dos sesiones de ejercicio al día con entrenador personal ni para nutricionista particular. Tampoco suena muy factible pasar varios días sólo con licuados. Esas modelos tienen asistentes, chefs personales y, básicamente, su trabajo es verse como se ven. No critico la dedicación de Adriana Lima, como tampoco criticaría el régimen de un maratonista o triatlonista, sino simplemente digo que debemos percibir estos cuerpos con un agrado meramente superficial y con bastante, bastante realismo. Yo, para mientras, voy por un McRib...
Esta fue mi columna semanal No. 32 para Siglo21, publicada el martes 15 de noviembre de 2011. El texto publicado en la edición impresa difiere del acá transcrito, por edición del personal del diario. El enlace para el sitio web de Siglo21 es http://www.s21.com.gt/vida/2011/11/15/pequenas-victorias

lunes, 7 de noviembre de 2011
F*CK YOU LIKE AN ANIMAL
Así fue la cosa: Un paparazzo toma una foto cualquiera de la actriz Reese Witherspoon caminando por alguna calle de Los Angeles. Alguien nota que su bolso -que aparece en varias otras imágenes y pareciera ser el “de batalla”- es un Chloé de piel de pitón. Entonces, la asociación PETA (People for the Ethical Treatment of Animals) envía a Witherspoon un video narrado por su co-estrella en la lica “Walk the Line”, Joaquin Phoenix, en donde éste explica que la piel de las serpientes para accesorios de moda es obtenida mediante el cruel procedimiento de clavar la cabeza de la serpiente viva a un árbol, desollarla sin que ésta haya muerto y luego simplemente dejar allí al animal para que muera cuando muera. Reese Witherspoon agradece públicamente a PETA por instruirla sobre el tema y asegura que no usará más su bolso de aproximadamente US$4,000.00. Y vivieron felices para siempre, me imagino. Regresando a la realidad, ignoro si es verdad que ese es el procedimiento estándar vigente para obtener piel de serpiente. ¿Será posible? Por todos los dioses, espero que no. PETA no siempre es de confiar en cuanto a sus aseveraciones, que no es raro que suelan ser parciales y tendenciosas. En todo caso, el asunto me desencadenó toda una serie de pensamientos confusos. Y digo, estar confundido no siempre es malo; es más, con el mundo como es, supongo que es natural. Por un espacio de 3 años fui vegetariano. Ya no lo soy. En realidad no me causa conflicto la idea de que el destino de algunos animales sea terminar en mi panza (tal como terminarían naturalmente en la panza de otros carnívoros), aunque tampoco me hace gracia el trato que se les da cuando el asunto ya pasa a la gran escala y se vuelve más importante criarlos y engordarlos a como dé lugar, sin tomar en cuenta que cualquier animal es un ser vivo y, por tanto, tan meritorio de un trato digno como uno mismo. Claro, el asunto del trato digno entre humanos no es precisamente prioritario para mantener engrasadas las ruedas del capitalismo extremo, así que sería sobremanera ingenuo extrañarse de cómo se trata a los pollos o a las reses o a los cerdos (o, incluso, a las ratas que nos hacen pasar por pollo o cerdo en cualquier sabroso wan tan) o a lo que sea que usan para hacer salchichas...en fin. No soy un experto en el tema y, ciertamente, tampoco me quita el sueño, aunque puedo asegurar que no vivo pateando perros ni gatos ni puedo tolerar a la gente que es cruel o sádica con los animales. Me parece admirable la pasión, entrega y dedicación de algunas personas que conozco por sus mascotas, aunque la casi obsesión de algunas otras suele perturbarme. Esa pastelería para perros en un centro comercial de la zona 10, por ejemplo, me parece ofensiva considerando la desnutrición rampante que padece nuestro país. Y no digo que deje de existir ese negocio, necesariamente; es sólo que el contraste duele y no hace sino recordarme el pasaje aquel de “La Virgen de los Sicarios” (de Fernando Vallejo) en donde Alexis, el adolescente asesino que no se tienta el alma para matar gente por cualquier pendejada, llora desconsolado por un chuchito moribundo atrapado en un desagüe que, para él, valía más que el prójimo. Eso sí que me quitó el sueño.
Esta fue mi columna semanal No. 31 para Siglo21, publicada el martes 8 de noviembre de 2011. El texto publicado en la edición impresa difiere del acá transcrito, por edición del personal del diario. El enlace para el sitio web de Siglo21 es http://www.s21.com.gt/vida/2011/11/08/f-you-animal

lunes, 31 de octubre de 2011
EL TEMA DE MODA

lunes, 24 de octubre de 2011
¡CONSUMIR, CONSUMIR, CONSUMIR!
De moditas pasajeras, periódicas e ineludibles, ciertamente estamos rodeados. Pasajeras, porque duran de un par de semanas las que menos a un par de meses la que más; periódicas, porque son varias al año, todos los años. Ineludibles, porque...¿necesitaré explicarlo? Y pocos, muy pocos, nos atrevemos, en lo posible, a conscientemente pasar por alto la publicidad que, como bien dice Eduardo Galeano, nos ordena consumir – por más que la economía se lo prohíba a la mayoría. Comenzamos en enero: aunque la tradición del día de reyes es heredada de España, no era común, hasta hace pocos años celebrarla aquí. Ahora, sin embargo, desde que varias panaderías importaron la receta mexicanoide, pues ya es menester comprarla y juntarse con los cuates: Es la moda disfrazada de sabrosa “costumbre” (subrayo lo de “sabrosa”). En febrero es raro quien quede libre de verse forzado a comprar rosas sobrepreciadas, peluches cursis, tarjetas horrendamente melosas o hacer colas enormes en algún restaurante para celebrar el cariño que se le tiene a los amigos, la pareja o la familia. No faltan, tampoco, las depresiones solteronas que duran lo que dura la psicosis del día. Al rato llega

lunes, 17 de octubre de 2011
L’AMOUR FOU

Mi relación con el cine, me temo, es de absoluta dependencia. Es mi escape favorito –leo, claro, lo disfruto y necesito, pero una lica toma menos tiempo y, en estos días, el tiempo es mi reto– por lo que me frustra sobremanera que el 99% de las salas de cine locales sean destinadas exclusivamente a proyectar explosiones digitalizadas. Lo entiendo, ni modo, pero nada me haría más feliz que un cine que se dedicara al arte, como el Angelika Film Center o el Landmark’s Sunshine Cinema, ambos en NYC. Al menos, del 9 al 22 de septiembre recién pasado se llevó a cabo el “15º Tour del Cine Francés”, en esta ocasión en Cinépolis. Un alivio, la verdad. Pese a que únicamente me di tiempo de ver tres películas, valieron la pena. “Le Nom des gens“, con la que se cerró el tour, es de los mejores filmes que he visto en mi vida, con todo y ser una comedia romántica bastante efectiva como tal, aunque profunda y transgresora a niveles inimaginables. “Potiche” me decepcionó, no sé si por sosa (que lo es), pero más creo que la presencia de Catherine Deneuve y Gérard Depardieu, según yo, prometía; al menos, eso sí, me dio el raro gusto de ver una lica en donde los protagonistas no sólo son dignamente sesentones sino parecen dignamente sesentones y viven historias dignas de dignos sesentones, cosa que no ocurre en el cine hollywoodense. La tercera fue “L’amour fou” un documental sobre Yves Saint Laurent, uno de los diseñadores de moda esenciales, cuya existencia rescata el concepto de que la creación de ropa puede bien ser una disciplina artística más. La lica es, justamente, sobre amores locos: el amor entre Pierre Bergé e Yves Saint Laurent, el amor de YSL por su trabajo, el extremo amor de ambos por el arte y la arquitectura, el amor del mundo por su talento. Sin ser una retrospectiva rigurosa sobre la carrera de YSL, es un relato suficientemente detallado y comprensible sobre ambos personajes y, sobre todo, un importante ejemplo de cómo el éxito y el dinero son ajenos a la felicidad y la infelicidad. Dos momentos destaco: el magno desfile de 300 modelos con los diseños más representativos de YSL ocurrido durante la final del mundial de fut en Francia 98 (curioso contraste) y, ya muerto Yves, la subasta en Christie’s de una parte sustancial de su colección privada de arte, con la que se recaudaron alrededor de 342 millones de Euros entre una deliciosa orgía de Picassos, Matisses, DeChiricos, Warhols y Kandinskys.
Esta fue mi columna semanal No. 28 para Siglo21, publicada el martes 18 de octubre de 2011. El texto publicado en la edición impresa difiere del acá transcrito, por edición del personal del diario. El enlace para el sitio web de Siglo21 es http://www.s21.com.gt/vida/2011/10/18/l-amour-fou
lunes, 10 de octubre de 2011
MÁS BONITA QUE NINGUNA

Abre su bolso nuevo –grande, caro y nude, que combina perfectamente con sus zapatos caros y nude– y saca las pastillas que le quitan el dolor de cabeza causado por el dolor de estómago que le dan las pastillas para adelgazar. Odia el malestar físico y el humor cambiante que le da su coctel matutino: una pastilla para cada cosa que no le gusta de sí misma. Pero prioridades son prioridades. Tiene veintinueve, una cara hermosa de ojos amenazantes y un nudo en la garganta con el que se acostumbró a vivir. No durmió bien anoche. Era jueves, o sea, día de salir al lugar donde se debe ir los jueves, si no a pescar marido (eso está resultando difícil), al menos a que la gente que importa la vea sonreír para que la soltería no parezca trágica. Regresó casi a las cuatro, confirmada su teoría de que es imposible llevarse bien con otras mujeres porque todas la envidian. Abre otra vez su bolso y saca los cigarros. No suele fumar temprano pero le gana el impulso. Anoche bebió y fumó demasiado, mientras su mejor amigo (que lo es prácticamente por default) se encerró con otro chavo en el baño del lugar. Mientras tanto, sola por casi una hora, charló y sonrió frente a frente con quien pudo, sin que alguien le pidiera su número. Fumando, piensa que la asquea su amigo. Ella sólo ha tenido sexo con dos hombres. Uno fue su único novio, con quien nada más disfrutaba la idea de un futuro seguro. El otro, su amante casado, con quien lo prohibido era la gracia. Originalmente el novio perdonó su indiscreción, aunque de pronto reconsideró su postura y decidió oficialmente ser su ex. Así pasó, como todos los hombres de su vida, a la lista de exes: expapá, examante, exnovio, futuro examigo. Abre el bolso y saca un espejo. Se retoca el maquillaje. Se ve a sí misma verdaderamente horrible. Todo está gordo: los cachetes, la nariz, la papada. En el espejito no se ven sus brazos ni sus piernas ni su barriga, pero siente la maldita gordura apretarse contra el pantalón talla cuatro. De nada sirvieron las lipos. Sin ellas, claro, todavía sería la gorda solitaria de la secundaria. Ahora es la solitaria que se siente gorda. En el espejo no encuentra ni lo que fue, ni lo que es, ni lo que quiere ser; sólo escalofrío y una inexplicable sensación de encierro. No se da cuenta de que los zapatos y el bolso y las pastillas y los cigarros y el amigo gay y el marido que no llega y el maquillaje y el espejo y las lipos y la mensualidad del audi son una cárcel que cada día la vuelve más infeliz. Cadena perpetua, seguramente.
Esta fue mi columna semanal No. 27 para Siglo21, publicada el martes 11 de octubre de 2011. El texto publicado en la edición impresa difiere del acá transcrito, por edición del personal del diario. El enlace para el sitio web de Siglo21 es http://www.s21.com.gt/vida/2011/10/11/mas-bonita-que-ninguna
El texto de esta columna constituye una versión resumida de un cuento originalmente escrito en 2008. El cuento completo puede ser leído en http://juanpensamientovelasco.blogspot.com/2010/10/tu-carcel-de-bolsos-y-otros-articulos.html
martes, 4 de octubre de 2011
IDEAS QUE NUNCA PASAN DE MODA

Las personas con sobrepeso jamás deben usar rayas horizontales, porque se ven más gordas (ser gordo es feo). Las mujeres muy bajitas nunca deben usar faldas a media rodilla, porque se ven todavía más chaparras (ser chaparro también es feo). Los pobres son pobres por haraganes (no importa, claro, que por lo general su día comience de madrugada para poder alimentarse). El café chocolate y el azul marino no deben mezclarse con negro (ambas combinaciones me gustan). Los profesionales serios deben usar tacuche completo, ellos, y traje sastre, ellas (en lo personal, prefiero un profesional que utilice el cerebro no importa qué tan chilera sea su corbata). Si uno no vota, luego no tiene derecho a reclamar (a ver si alguien me hace favor de informarme dónde pueden reclamar los que sí). Los hombres deben usar el pelo corto (o parecen mujercitas o hippies). La barba es para gente sucia (puedo asegurar que, aunque uso barba, por lo general la higiene y yo nos llevamos bastante bien). Usar faldas muy cortas es abrirle la puerta a los hombres para que te falten el respeto (pobrecitos los hombres y vos tentándolos). El cincho y los zapatos siempre deben ser del mismo color en los hombres (hay excepciones, si uno sabe jugar con los colores). Los zapatos, el bolso y el cincho deben hacer juego o, por lo menos, ser del mismo color en las mujeres (perdónalas, padre, porque no saben lo que hacen). La gente atea es mala y no tiene valores (en mi experiencia, las personas religiosas suelen tener los valores un cachito más confundidos, con o sin mala intención). Las bodas siempre deben ser de vestido largo (la gana de pretender estar en los Oscares, creo...). Sólo las fufurufas usan escote (si lo tenés, mostralo ¿y qué?). Yo era canche de chiquito (esteeeee...va). El negro es elegante y adelgaza (¿Sí sabés que igual te cuelga la timba, verdad?). Las colochas se ven desarregladas (pocas cosas se ven peor que un pelo tieso alisado a la fuerza). Sólo los pobres compran en paca (es verdad...¡mejor ni vayás!). La ropa de marca es de mejor calidad y lo fino se nota (¿Ya viste que dice “Made in Guatemala”?).
NOTA DE ANTI-DUELO: La muerte no siempre es triste, menos cuando quedan huellas de una vida en tantos ojos, mentes, paredes, espacios y corazones. Efraín Recinos nos dejó autografiada toda la ciudad y, por eso, ¡Gracias, maestro!
Esta fue mi columna semanal No. 26 para Siglo21, publicada el martes 4 de octubre de 2011. El texto publicado en la edición impresa difiere del acá transcrito, por edición del personal del diario. El enlace para el sitio web de Siglo21 es http://www.s21.com.gt/vida/2011/10/04/ideas-que-nunca-pasan-moda
lunes, 19 de septiembre de 2011
MEJOR QUE EL DIABLO SE VISTA SóLO DE PRADA...


lunes, 12 de septiembre de 2011
DE ESTIRONES FACIALES Y SEÑORAS DE LAS CUATRO DECADAS


lunes, 5 de septiembre de 2011
REGULANDO LA PERFECCIÓN II
Hace unos meses acompañé a una de mis amigas más queridas a tallarse el vestido que usaría para la ceremonia de su matrimonio civil. Ella es una mujer alta y voluptuosa, de complexión gruesa; ciertamente no una sílfide y así, tal cual es, es guapa y pegue nunca le faltó. Ese día, un familiar suyo, con supuestas buenas intenciones, le comentó que sus brazos se veían demasiado gordos y, por lo tanto, necesitaría cubrirlos...aparentemente ningún invitado debe ser condenado a soportar la visión de una novia de miembros gruesos. Por supuesto le contradije y aseguré a mi amiga que se veía hermosa. Con todo y todo, me puse a pensar ¿De dónde salieron estas ideas de que tenemos que ser tan “perfectos” como los modelos en los anuncios? ¿Será que es porque en las fotos no se les ven gorditos bajo los brazos ni arrugas en las rodillas? ¿A quién es a quien conviene vendernos estas imágenes? ¿Por qué lo permitimos? Lo curioso es que ni siquiera los modelos son tan perfectos y, encima de que muchas veces arriesgan su salud para adaptarse a la delgadez que les exige el mercado, todavía les hacen la gracia de retocarlos hasta quedar imposibles. En 2009, la compañía de moda americana Ralph Lauren se vio envuelta en un escándalo, cuando en su publicidad utilizó fotografías ridículamente retocadas de las modelosValentina Zelyaeva y Filippa Hamilton. Hamilton, por cierto, había sido despedida meses antes...por ser talla 4, considerada, por tanto, gorda. Lauren, acorralado luego de evitar tocar el tema y amenazar con demandas por utilizar sus fotos sin permiso, se disculpó públicamente, aduciendo un error de criterio. El año pasado ocurrió lo mismo con la marca Ann Taylor, quien al final terminó promoviendo que personas reales enviaran fotografías caseras modelando sus prendas. Hace dos años, la parlamentaria francesa Valérie Boyer propuso en su país una ley que obligaría a que todas las fotografías publicitarias indicaran, de ser el caso, que fueron retocadas. Según Boyer, le preocupaba que sus hijas adolescentes no sólo se vieran presionadas socialmente por ser delgadas, sino que encima su entorno estuviera cundido de imágenes transformadas digitalmente para negar cualquier rastro de imperfección. Por su parte, en el Reino Unido, un grupo de más de 40 académicos recomendó prohibir los anuncios publicitarios retocados dirigidos a menores de 16 años, aduciendo que existe correlación entre conductas no saludables en jóvenes y la exposición constante a modelos digitalmente alterados.



martes, 23 de agosto de 2011
REGULANDO LA PERFECCION
Por mucho que uno no quiera o hasta lo niegue, la publicidad –incluyendo, por supuesto, la subliminal– nos cala a la gran mayoría. Esas ideas con que nos bombardean a diario nos afectan desde formas tan básicas y obvias como querer comprar determinada prenda porque la vimos en un anuncio o en una vitrina, hasta influenciarnos de maneras más sutiles (pero no por eso menos perturbadoras), convenciéndonos de que debemos tener los brazos tan flacos o tan musculosos como los de el o la modelo que anuncia, digamos, perfumes (no brazos) o el cutis tan impecablemente liso como quien casualmente nos sonríe para que compremos gaseosa o dentífrico. Convencidos entonces de que “así debemos ser”, es casi imposible no reproducir esa lógica, incluso de manera inconsciente. ¿Cuántas vallas callejeras nos presentan modelos con fisonomía que sí podría parecer la de un guatemalteco promedio? ¿Entonces, qué ideal de belleza nos venden? Aunque no hay ámbito que escape de ello (ya lo sabrá la política Roxana Baldetti que de pronto en su publicidad resultó con facciones coreanas) el mundo de la moda es, básicamente, el semillero de todo esto que percibo como nefasto. Hace un par de años, Kate Moss, –muy genuina ella– se echó un comentario que provocó un justificado (y fugaz) debate: “Ninguna comida sabe tan bien como el sentirse flaquita [Nothing tastes as good as skinny feels]”. Independientemente de que no vale tanto la pena satanizar por eso a la Moss (que al final de cuentas vive y [medio] come de ese mundo que la quiere esquelética desde que tenía catorce años), a principios de agosto se publicó la noticia de que una compañía inglesa de playeras para niñas había impreso una con esa precisa frase. La Advertising Standards Authority (Autoridad para Estándares Publicitarios) inmediatamente prohibió su venta, por considerarla perjudicial para la juventud. Un par de semanas antes, la misma institución había denegado la autorización de dos anuncios de maquillaje, uno de Maybelline (con Christy Turlington) y otro de Lancôme (con Julia Roberts), por considerar que las fotografías estaban demasiado retocadas y promocionaban una imagen falsa y exagerada de los resultados del producto que pretendía promocionar, propagando así “un ideal falso e irreal de la belleza, que hace a las mujeres y niñas sentirse mal consigo mismas”, según la parlamentaria Jo Swinson. Aunque no faltará quien diga que esto rebasa las funciones a que debería limitarse un gobierno, este tipo de controles me parecen necesarios, sobre todo en países como el nuestro, en que las grandes mayorías carecen de herramientas para formarse criterios que les permitan ponderar los efectos del consumismo, mucho más hambriento que ellos. Malaya, diría mi abuela.
Esta fue mi vigésima primera columna semanal para Siglo21, publicada el martes 23 de agosto de 2011. El texto publicado en la edición impresa difiere del acá transcrito, por edición del personal del diario. El enlace para el sitio web de Siglo21 es http://www.s21.com.gt/vida/2011/08/23/regulando-perfeccion


lunes, 15 de agosto de 2011
SUPER FASHION, ¿VERÁ?
Tal como de tiempo en tiempo se pone “de moda” un corte específico de pantalón de lona o un estilo de zapatos que todo el mundo inevitablemente se siente obligado a usar, cíclicamente algunas actitudes y comportamientos rebasan los ámbitos íntimos y comienzan a reproducirse a mayor escala, “por moda” (o al menos esa es la primera excusa, la facilona), con o sin conciencia de quien lo reproduce. Y digo, no es que sea algo nuevo salpicar con palabras en inglés nuestro particular estilo de castellano; de hecho, yo mismo originalmente había escrito “jeans” en la primera oración de esta columna y luego regresé a cambiarlo. Y, sin embargo, he notado que esta situación se ha estado agravando de un rato para acá, y pareciera que la mara no se siente “cool” o a menos que hablen como si hubieran crecido en algún barrio bajo de Los Angeles y su madre trabajadora los haya criado amarrándolos frente a Univisión. Me asquea, debo confesar.
Hace unos meses un estudiante guatemalteco de diseño de moda se enfureció cuando le pregunté el motivo por el cuál su colección se llamaba “Fall/Winter”, cuando no pensaba mercadearla fuera de Guate ni iba dirigida a extranjeros que no hablan español. Me llamo retrógrada y me dijo que por gente como yo este país no prospera y que en Guatemala el otoño es una estación perfectamente clara y demarcada. De pronto, varias universidades privadas cuentan con “Business Schools” en lugar de “Escuelas de Negocios” y en la publicidad local es común encontrar “coming soon” sustituyendo al clásico y no tan difícil “muy pronto”. Los nombres de eventos y fiestas a los que sólo invitan guatemaltecos tienen nombres en inglés sin otra razón que…bueno, que esa es la moda y suena mas sofisticado, según ellos. Hace poco se promocionaba una fiesta para apoyar a un cantante que esperaba entrar a un concurso mexicano. “Apoyemos lo nuestro”, decía la invitación, además de asegurar que el chavo “pondría en alto el nombre de Guatemala”. ¿El nombre
Pues bueno, en su novela “

lunes, 8 de agosto de 2011
¡AGUAS...!
Esta fue mi decimonovena columna semanal para Siglo21, publicada el martes 9 de agosto de 2011. El texto publicado en la edición impresa difiere del acá transcrito, por edición del personal del diario. El enlace para el sitio web de Siglo21 es http://www.s21.com.gt/vida/2011/08/09/aguas

lunes, 25 de julio de 2011
REHAB...¿NO, NO, NO?

