lunes, 15 de agosto de 2011

SUPER FASHION, ¿VERÁ?

Tal como de tiempo en tiempo se pone “de moda” un corte específico de pantalón de lona o un estilo de zapatos que todo el mundo inevitablemente se siente obligado a usar, cíclicamente algunas actitudes y comportamientos rebasan los ámbitos íntimos y comienzan a reproducirse a mayor escala, “por moda” (o al menos esa es la primera excusa, la facilona), con o sin conciencia de quien lo reproduce. Y digo, no es que sea algo nuevo salpicar con palabras en inglés nuestro particular estilo de castellano; de hecho, yo mismo originalmente había escrito “jeans” en la primera oración de esta columna y luego regresé a cambiarlo. Y, sin embargo, he notado que esta situación se ha estado agravando de un rato para acá, y pareciera que la mara no se siente “cool” o a menos que hablen como si hubieran crecido en algún barrio bajo de Los Angeles y su madre trabajadora los haya criado amarrándolos frente a Univisión. Me asquea, debo confesar.

Hace unos meses un estudiante guatemalteco de diseño de moda se enfureció cuando le pregunté el motivo por el cuál su colección se llamaba “Fall/Winter”, cuando no pensaba mercadearla fuera de Guate ni iba dirigida a extranjeros que no hablan español. Me llamo retrógrada y me dijo que por gente como yo este país no prospera y que en Guatemala el otoño es una estación perfectamente clara y demarcada. De pronto, varias universidades privadas cuentan con “Business Schools” en lugar de “Escuelas de Negocios” y en la publicidad local es común encontrar “coming soon” sustituyendo al clásico y no tan difícil “muy pronto”. Los nombres de eventos y fiestas a los que sólo invitan guatemaltecos tienen nombres en inglés sin otra razón que…bueno, que esa es la moda y suena mas sofisticado, según ellos. Hace poco se promocionaba una fiesta para apoyar a un cantante que esperaba entrar a un concurso mexicano. “Apoyemos lo nuestro”, decía la invitación, además de asegurar que el chavo “pondría en alto el nombre de Guatemala”. ¿El nombre del evento? Juan Pablo’s Support Party. Cuando le pregunté al organizador el motivo de lo que yo percibí como contradicción, me aseguró que se trataba de una decisión de la diseñadora gráfica. Lo que no me dijo es que él mismo promociona sus “open classes” de canto todos los sábados. Y hablando de cantantes, pues ya vimos que aparentemente el apellido “Roudha” es más interesante que “Rodas” y “Penya” que Peña. En serio, me da reflujo esto. Hasta los chavos de apariencia más sencilla no se escapan de decir “fashion” o “cool”...o “soy su fanS”, aunque esto último sí debo admitir que siempre es un deleite. Es más, sin ir muy lejos, si se van a ver la versión impresa del diario para el que escribo esta columna, podrán darse cuenta que la sección se llama “VIDA FASHIONISTA”…

Pues bueno, en su novela “La Virgen de los Sicarios”, Fernando Vallejo escribe: “Con eso de que les dio a los pobres por ponerles a los hijos nombres de ricos, extravagan­tes, extranjeros: Tayson Alexander, por ejemplo, o Fáber o Eder o Wílfer o Rommel o Yeison o qué sé yo. No sé de dónde los sacan o cómo los inventan. Es lo único que les pueden dar para arrancar en esta mísera vida a sus niños, un vano, necio nombre extranjero o inven­tado, ridículo, de relumbrón.” No dudo que así sea y que esto del lenguaje diario sea un síntoma de lo mismo. No dudo, tampoco, que sea una variación de esa perenne vergüenza por ser quienes somos, esa misma que rebautizó Mateo Flores a Doroteo Guamuch o Juan Carlos Plata a Juan Carlos Puac, ambos, claro, supuestos orgullos nacionales.

Esta fue mi vigésima columna semanal para Siglo21, publicada el martes 16 de agosto de 2011. El texto publicado en la edición impresa difiere del acá transcrito, por edición del personal del diario. El enlace para el sitio web de Siglo21 es http://www.s21.com.gt/vida/2011/08/16/super-fashion-vera



4 comentarios:

  1. Felicidades Juanito por la columna, que escribe todos los martes, en especial hoy, coincido, ya que muchos padres nombran a sus hijos con nombres "pomposos" que en realidad genera cirta burla o crítica, yo en lo personal prefiero los nombres latinizados (aunque el mío no no sea jajaja) pero una vez escuche llamar a un niño Mcgiver, que en realidad me causó gracia y burla a la vez, aúnh le recuerdo.
    Saludos Juanito,

    ResponderEliminar
  2. Lo que rebautizo a Doroteo Guamuch, como Mateo Flores fue el comité olímpico guatemalteco, porque era una "vergüenza" que un "indio" fuera representando a Guatemala. Él se enteró cuando vió en el períódico un nombre que no era el suyo.

    ResponderEliminar
  3. Tenías que sacar a la Roudha......claro! Me gustó mucho....siempre me dibujás una sonrisa en el rostro pero más que eso una reflexión en mi cabecita...

    ResponderEliminar
  4. Muy buena columna. Mientras lo leía se me ocurrió que a lo mejor le cambiaron a Penya por si se les ocurría entrar al mercado grigo y al no existir la Ñ...Carlos Pena. Tá jodido. Pues, más jodido todavía. Saludos!

    ResponderEliminar