lunes, 19 de septiembre de 2011

MEJOR QUE EL DIABLO SE VISTA SóLO DE PRADA...

Hace un par de semanas, antes del escabrosamente acéfalo evento de Miss Universo (costumbre cavernícola esa de todavía mercadear a la mujer como producto), un diario nacional publicó una foto promocional de la candidata guatemalteca, Alejandra Barillas, portando una variante del traje ceremonial de los cofrades de Chichicastenango. El atuendo fue diseñado por Giovanni Guzmán (cuyo trabajo desconozco) para ser utilizado en la fase de “trajes típicos” del concurso. Con respecto al solo traje, debo reconocer que éste se me antojó estéticamente agradable y la idea, hasta cierto punto, creativa. Sin embargo, limitarse a ver este asunto desde el único enfoque de “bonito” o “feo” me parece por demás errado. ¿Se imaginan acaso a una concursante dando vueltas vestida de sacerdote católico o de rabino judío? ¿O pintada con blackface, como mujer negra? ¿Entonces por qué no entender lo inapropiado –por decir lo menos – de una mujer ladina pavoneándose no sólo con un traje que pertenece a una etnia distinta a la suya, sino, encima, con un traje reservado exclusivamente a lo religioso? No es de extrañarse entonces, que la imagen generara, yo creo que merecidamente, reprimendas por parte de varias organizaciones indígenas como el Consejo Maya guatemalteco, quien consideró el hecho como una falta de respeto a los Pueblos Indígenas del país, además de aducir violación al Convenio 169 de la OIT. Por su parte, la Coordinación y Convergencia Nacional Maya Waqib’ Kej señaló que no debió actuarse en detrimento de la espiritualidad maya. La Coordinadora Nacional Indígena y Campesina, CONIC, a mi parecer, emitió algunos de los argumentos más sólidos, que me permito transcribir parcialmente: “Para la cultura maya solamente las autoridades pueden portar el traje ceremonial; los trajes ancestrales tienen un valor importante dentro de la cosmovisión maya, identidad y cultura de los pueblos ancestrales. El traje regional de las autoridades indígenas en este caso, es utilizado como exhibición sin respeto a los principios y valores que se mantienen en las comunidades. La moda con la que pretende ganar un concurso mundial de belleza, no beneficiará la reivindicación de los derechos de los pueblos indígenas de Guatemala; generará ingresos económicos mediante visitas turísticas, mientras que el pueblo indígena y maya continuará sumergido en la exclusión social y la pobreza.” Y es que eso último, me temo, dejando de lado a la Miss loquesea, es precisamente la farsa y la trampa de todo este pseudopatriotismo que empieza y termina cada septiembre: son pajas. Ni adornar con telas típicas los almacenes, ni ondear banderas en las ventanas, ni variar los menús de los restaurantes, ni marchar como soldaditos, ni disfrazar a los niños “de inditos” y ponerlos a jugar al mercado (claro, “los indígenas venden verduras y punto”) crea ni refleja, en absoluto, conciencia alguna sobre los verdaderos problemas de este paisito lleno de esclavos lameyugos y tiranos escupefaces.

Esta fue mi columna semanal No. 24 para Siglo21, publicada el martes 20 de septiembre de 2011. El texto publicado en la edición impresa difiere del acá transcrito, por edición del personal del diario. El enlace para el sitio web de Siglo21 es http://www.s21.com.gt/vida/2011/09/20/mejor-que-diablo-se-vista-solo-prada







lunes, 12 de septiembre de 2011

DE ESTIRONES FACIALES Y SEÑORAS DE LAS CUATRO DECADAS


Hasta hace poco más de veinte años, las actrices y modelos parecían condenadas a quedarse sin trabajo pasados los cuarenta. Hoy por hoy, al contrario, la mayoría de “estrellas” mejor pagadas, son cuarentonas o cincuentonas: Sandra Bullock tiene 47, Naomi Campbell, 41; Nicole Kidman, 44; Jennifer Lopez, 42; Halle Berry, 45; Madonna, 53…hasta Paulina Rubio o Thalía, ya cumplieron las cuatro décadas tan insufriblemente berreadas por Arjona. Y, sin embargo, contrario a lo que podría pensarse, tampoco podemos hablar de una mejora verdadera en cuanto a la aceptación de las mujeres a mayor edad. ¿Por qué? Fácil: ¿Cómo se ven estas mujeres? Como veinteañeras, la mayoría...y no necesariamente por sus genes. Digo, no es que sea malo cuidarse y ejercitarse, pero estas chavas, en mayor o menor grado, se han visto claramente forzadas a alargar su “juventud” para mantener el estatus. Sin ir muy lejos, hace un par de semanas Madonna llegó al estreno de su segunda lica como directora (risas grabadas) en la Mostra Internazionale d'Arte Cinematográfica di Venezia con una cara bastante ¿cómo decirlo? retocada, tal vez, si es que a Lyn May le puede aplicar ese mismo eufemismo. Cabal: Esta tipa, ícono pop de rebeldía femenina, mujer que a lo largo de casi 30 años puso en la mira de todo el mundo, desde güiros y güiras hasta abuelos y abuelas, cuestionamientos y desafíos a la virginidad, al aborto, a la represión sexual femenina, a la masturbación; que comparó un orgasmo con una oración a dios; que puso de moda desde encajes y crucifijos hasta cejas negras; que se empelotó en un libro entero, se acostó con quien quiso, fue madre soltera porque se le dio la gana; que pasados los cincuenta todavía se conecta a cuanto jovencito le atrae sin andar pidiendo perdón...ella cayó también en el juego de verse joven para seguir relevante y reproduce esa necesidad consumista de "la belleza" para que se la crean hasta quienes no se la pueden pagar. Por supuesto, no se trata tampoco de pensar “ay, pobrecitas”, porque esta mara bien que se gana buen billete por retardar sus arrugas. Rebosantes de fama y aparente juventud como el Augusto de Hesse o el Dorian Grey de Wilde, lo seguro es que varias generaciones de parientes suyos no pasarán hambre y supongo que a ellas con eso les basta. Quienes lean esto, sin embargo, por más que desearan imitar el estirón facial para ser “bellos” (o lisos, al menos), aparte del gasto no se verán privilegiados con varios milloncitos de dólares al mes, así que aguas. Mejor optemos por las cremas y la dignidad de una pata de gallo ganada a fuerza de carcajadas, que para la risa pocas cosas son mejores que cualquier intento de Madonna en el cine.

Esta fue mi vigésima tercera columna semanal para Siglo21, publicada el martes 13 de septiembre de 2011. El texto publicado en la edición impresa difiere del acá transcrito, por edición del personal del diario. El enlace para el sitio web de Siglo21 es http://www.s21.com.gt/vida/2011/09/13/estirones-faciales




lunes, 5 de septiembre de 2011

REGULANDO LA PERFECCIÓN II

Hace unos meses acompañé a una de mis amigas más queridas a tallarse el vestido que usaría para la ceremonia de su matrimonio civil. Ella es una mujer alta y voluptuosa, de complexión gruesa; ciertamente no una sílfide y así, tal cual es, es guapa y pegue nunca le faltó. Ese día, un familiar suyo, con supuestas buenas intenciones, le comentó que sus brazos se veían demasiado gordos y, por lo tanto, necesitaría cubrirlos...aparentemente ningún invitado debe ser condenado a soportar la visión de una novia de miembros gruesos. Por supuesto le contradije y aseguré a mi amiga que se veía hermosa. Con todo y todo, me puse a pensar ¿De dónde salieron estas ideas de que tenemos que ser tan “perfectos” como los modelos en los anuncios? ¿Será que es porque en las fotos no se les ven gorditos bajo los brazos ni arrugas en las rodillas? ¿A quién es a quien conviene vendernos estas imágenes? ¿Por qué lo permitimos? Lo curioso es que ni siquiera los modelos son tan perfectos y, encima de que muchas veces arriesgan su salud para adaptarse a la delgadez que les exige el mercado, todavía les hacen la gracia de retocarlos hasta quedar imposibles. En 2009, la compañía de moda americana Ralph Lauren se vio envuelta en un escándalo, cuando en su publicidad utilizó fotografías ridículamente retocadas de las modelosValentina Zelyaeva y Filippa Hamilton. Hamilton, por cierto, había sido despedida meses antes...por ser talla 4, considerada, por tanto, gorda. Lauren, acorralado luego de evitar tocar el tema y amenazar con demandas por utilizar sus fotos sin permiso, se disculpó públicamente, aduciendo un error de criterio. El año pasado ocurrió lo mismo con la marca Ann Taylor, quien al final terminó promoviendo que personas reales enviaran fotografías caseras modelando sus prendas. Hace dos años, la parlamentaria francesa Valérie Boyer propuso en su país una ley que obligaría a que todas las fotografías publicitarias indicaran, de ser el caso, que fueron retocadas. Según Boyer, le preocupaba que sus hijas adolescentes no sólo se vieran presionadas socialmente por ser delgadas, sino que encima su entorno estuviera cundido de imágenes transformadas digitalmente para negar cualquier rastro de imperfección. Por su parte, en el Reino Unido, un grupo de más de 40 académicos recomendó prohibir los anuncios publicitarios retocados dirigidos a menores de 16 años, aduciendo que existe correlación entre conductas no saludables en jóvenes y la exposición constante a modelos digitalmente alterados. La Doctora Helga Dittmar de la Universidad de Sussex, una de las autoras del informe, indicó que dichas imágenes crean un efecto perjudicial en cómo las niñas y mujeres perciben sus propios cuerpos. Y yo, en lo personal, diría que los hombres no estamos exentos de ello. Hace ya 2 años la revista ELLE francesa lanzó una edición completa de fotografías sin retoque. En la portada posaban Monica Bellucci, Eva Herzigova y Sophie Marceau, no sólo sin retoque sino sin rastro de maquillaje, bellísimas las tres. De todo esto, claro, ya hace dos años y ni las propuestas prosperaron ni la edición de la revista fue imitada por alguna otra.

Esta fue mi vigésima segunda columna semanal para Siglo21, publicada el martes 6 de septiembre de 2011. El texto publicado en la edición impresa difiere del acá transcrito, por edición del personal del diario. El enlace para el sitio web de Siglo21 es http://www.s21.com.gt/vida/2011/09/06/regulando-perfeccion-ii


NOTA: Aunque estas fotografías parezcan falsas, son efectivamente las usadas en las campanas publicitarias indicadas. Ello es fácilmente verificable de distintas fuentes, accesibles a través de internet.