lunes, 20 de febrero de 2012

44 ESPERANDO PARA EXHALAR

No estoy seguro si alguien se acordará todavía de “Waiting to exhale”, el título de una de esas abundantes en-su-momento-muy-de-moda-pero-rápidamente-olvidables licas hollywoodenses. Esta en particular, noventera, con la actuación estelar de Whitney Houston y Angela Bassett, hacía una falseada alharaca del empoderamiento femenino, reduciendo la libertad de las mujeres a atreverse a dejar a un hombre para dedicarse empecinadamente a buscar otro; dios guarde quedar solteras. Me recordé de esa cinta –como pude pensar en cualquier otra, supongo– porque me pareció extremadamente curioso e irónico que en cuestión de pocos días a. Nuestro presidentón Pérez se pronunciara [vagamente] a favor de la despenalización de las drogas; b. El escandalizado gobierno de los Santos Estados Unidos de América de los Últimos Días le jalara las orejas casi antes de que siquiera terminara de hablar y c. La Whitney Houston culminara con la cabeza entre el agua su [mucho más largo de lo esperado] festín de alcoholes, coca y crack. En lo personal, no es que me quite el sueño el asunto, pero habría preferido que se muriera Celine Dion, cuyos gritos encuentro profundamente exasperantes; lástima que ella sí es niña buena. En fin, esas estrellitas como la Houston o Britney Spears o Paris Hilton o Nicole Ritchie o Lindsay Lohan reflejan en mucho, con todo y sus parciales y esporádicas redenciones salubres, la verdadera y muy tolerante política de los Estados Unidos con respecto a las drogas, misma que contrasta notoria y descaradamente con su persignada guerra contra ellas, de la cual Centroamérica y México terminamos convenientemente poniendo las víctimas y ellos, además de permitir que sus celebridades (las reales y las wannabes) se den la fiesta con cuanto estupefaciente se pueda, gozan también de los sabrosos réditos de la compraventa de armas que esa y toda guerra requiere. Leyendo el comunicado de la embajada de EUA dándole “pache, pache” en la manita a Otto Pérez, se me vino a la mente la imagen aquella de la genial obra de teatro “MOTA” (dirigida por Luis Carlos Pineda), en la que los gringos se alimentan, literalmente, como cerdos a costa de nosotros. Perfecta alegoría. Lo que me sigue causando retortijones de tripas ha sido la creciente ola de posturas moralinas que insisten en ver a toda droga cual obra demoníaca, como si, al menos las más comunes, no fueran exactamente la misma babosada que echarse uno o muchos tragos, sobre todo porque tenemos calles, carreteras, televisiones, redes sociales y tiendas de barrio cundidas de atractivas mujeres en bikini convenciendo a los patojos para que se pongan hasta el peine, pero solamente con roncitos y chelas. Espérense para exhalar, pues.




Esta fue mi columna semanal No. 44 para Siglo21, publicada el martes 21 de febrero de 2012. El texto publicado en la edición impresa difiere del acá transcrito, por edición del personal del diario. El enlace para el sitio web de Siglo21 es http://www.s21.com.gt/vida/2012/02/21/esperando-para-exhalar





2 comentarios:

  1. Mi único desacuerdo contigo en esto es que por que "La" Whitney Houston y no "la cantante Whitney Houston", ya que te referís a OPM como "el presidente Otto Pérez". O sea, te referís con respeto al ente masculino a quien criticás pero la mujer criticada es desmerecida con el despectivo "la". Aparte de eso, cuando uno ve una política establecida, una se debe preguntar quien se beneficia de eso. ¿Quién se beneficia de que se legalicen las drogas? ¿O de anunciar su depenalización aunque no tenga intenciones reales de hacerlo? ¿Y quién se beneficia de políticas anti-drogas que se han comprobado inefectivas? Lo de EEUU no es una posición "moral" aunque asi lo quieran proponer. Rara vez lo es una posición política de un gobierno, más bien es impuesta en reacción a algo o por apoyar intereses de alguien. Por ende, pudiera tener una lógica, por maquiavélica que fuese, que EEUU tenga esa política hipócrita. Esas son las cosas que debemos considerar.

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