lunes, 6 de febrero de 2012

38 DESEOS PARA 2012 (PARTE I)

Ya en estos días van los camiones de basura cargados de árboles exnavideños y de collares de pasas de manzanilla. La mara comienza a tratar de readaptarse a la rutina laboral que, aunque ni haya estado de vacaciones, rompió con un par de ricas semanas de relax. La moda por estas fechas es empezar dietas, nuevos estudios o dar marcha a toda sarta de planes bienitencionadamente ilusorios que probablemente no llegarán vivos a la semana santa. Por mi parte, a riesgo de sonar como uno de esos tipos new-age-escos o fanáticos de la autoayuda tipo Coelho, no puedo evitar que, por cliché que sea, la idea de un nuevo ciclo -aún cuando sea el calendario quien lo dicte- me salpique de buenos ánimos. Aprovecho, entonces, a compartir algunos deseos e intenciones para estos próximos meses, aunque en realidad, supongo, son más bien deseos de libertad para cualquier persona en cualquier momento de su vida: Deseo que en dos mil doce encontremos gustito y amor por todas y cada una de las partes de nuestro cuerpo, incluyendo aquéllas que ahorita nos provocan caras frente al espejo y que hacen que nos entrapujemos para esconderlas. Deseo que en dos mil doce encontremos humor en todo, hasta en lo que parezca inapropiado encontrarlo...y sí: pela cuán serio sea. Deseo que en dos mil doce siempre tengamos fe; sobre todo en esos momentos en que tenerla parezca estúpido o ingenuo. Deseo que en dos mil doce sintamos inagotable libertad para expresarnos de cualquier forma que nos dé la gana, desde cómo nos vestimos hasta cómo hablamos; cómo cortamos la lechuga o de qué colores nos rodeamos y cómo apretamos los dientes (o los deditos de los pies) durante el sexo...¡que seamos nosotros mismos sin pena! Deseo que en dos mil doce avancemos - siempre avancemos - pero sepamos distinguir tanto el ritmo adecuado para cada uno como la dirección que nos toca, porque cada quien tiene su propio camino y “el adelante” no siempre nos queda a todos enfrente; además, que no nos dé miedo sentarnos un ratito a descansar o a llorar, porque hacerlo también es parte de la jornada. Nos deseo en dos mil doce conciencia constante de nuestra conexión a ese algo más grande, sin importar si le llamamos “dios” o lo que sea ni qué tan desconectados nos sintamos unos de otros. Deseo que en dos mil doce aprendamos a decir "te amo" y "te quiero" sólo porque es la verdad, sin que nos preocupe ni un poquito la respuesta que pueda o no venir. (Continúo la próxima semana.)



Esta fue mi columna semanal No. 38 para Siglo21, publicada el martes 10 de enero de 2012. El texto publicado en la edición impresa difiere del acá transcrito, por edición del personal del diario. El enlace para el sitio web de Siglo21 es http://www.s21.com.gt/vida/2012/01/10/deseos-para-2012-parte-i

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