lunes, 18 de julio de 2011

HARRY POTTER Y EL OSCURO HABITO DE LEER BASURA

Aunque con menos frecuencia que en otros ámbitos, las garras de la moda suelen llegar también a la literatura. Desde Dan Brown y su adictivo Código Da Vinci –muchísimo más entretenido que su sorprendentemente somnífera versión fílmica, aunque no por eso más productivo– hasta nuestro propio best seller guatemalteco sobre cómo a las putas les va mejor (aunque al final nieguen ser putas, no sepan escribir ni les vaya tan bien, en realidad), hay libros que, por un motivo u otro, logran traspasar la barrera del cuasi-anonimato al que suele quedar condenado todo lo consistente en páginas llenas de letras, sin fotos ni dibujitos que minimicen el tedio de, dios guarde, leer. La mara cree, erróneamente, que cualquier lectura es buena lectura y, si deciden entrarle, usualmente prefieren entregarse a todo aquello facilón y sin mayores complicaciones, que no cuestiona y, por tanto, no “confunde”. Digo, no tiene nada de malo buscar ocasionalmente entretenimiento o autoayuda, pero cuando nos dejamos bombardear la cabeza exclusivamente de pura basura, sin saber ni aceptar que no es sino eso, mejor es ponerse a ver tele o patear pelotas. Ojo, que tampoco se trata de creerse muy salsa sólo porque le entran a Bukowski (que vaya si no conozco gente que suelta el nombre para sonar inteligente y luego sale con cada burrada...). De verdad existe literatura accesible y comprensible, que también es entretenida y que es, además, formativa. La serie de Harry Potter (y lo menciono por la coyuntura y no porque lo piense más importante que otros textos que cualquiera pensaría mas dignos de mención), me parece una honrosa excepción a la usual combinación de literatura-moda-basura. Pese a iniciar como una saga más o menos infantil y haber usado durante toda la serie, como recurso principal, clichés sobre la magia y las brujas, en realidad JK Rowling supo desarrollar una historia muy bien narrada, personajes magníficamente trabajados, historias cuidadosamente entrelazadas y, todo eso, plagado de símbolos, mitología e, incluso y por más peligroso que suene decirlo, valores. Valores correctos, eso sí. Se logra distinguir perfectamente el “bien” del “mal” sin que esos conceptos tan maltrechos se limiten a estereotipos bíblico-cristianos o personajes santurronamente perfectos o satánicamente perversos; más bien hay una buena gama de grises, como debe ser. No me queda mucho espacio, pero para seguir platicando de libros, dese una vuelta por FILGUA en el Parque de la Industria. Está abierta hasta el domingo 25. ¡Y anímese a pedir recomendaciones distintas a Coelho! Estoy seguro que preocupándose más por sus selecciones de lectura y menos por andar puteando, le irá mejor. Y bueno, si putea, al menos disfrútelo y luego no lo ande negando por escrito…

Esta fue mi decimoséptima columna semanal para Siglo21, publicada el martes 19 de julio de 2011. El texto publicado en la edición impresa difiere del acá transcrito, por edición del personal del diario. El enlace para el sitio web de Siglo21 es http://www.s21.com.gt/vida/2011/07/19/harry-potter-libros-basura








4 comentarios:

  1. ¡¡Ya me habías asustado!!...pensé que me ibas a crucificar al Potter...pero no, gracias. Y en cuanto a las otras lecturas: toda la razón....hay quienes dicen que no ven telenovelas porque son "gachas" pero terminan leyendo ése tipo de barbaridades vanagloriándose de que leen "algo"...¿No es lo mismo pueee?

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  2. No podés hablar mal de Harry Potter!!!! ah, por cierto a mi hijo no terminó de cuajarle lo de Dumbledore como gay, porque no hay suficientes pistas en la historia

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  3. Patricia Cortez claro que si las hay!!! no quiero que me confundas con la infame Rita Skeeter pero toda la historia de "dumby" con Gellert Grindelwald tiene demasiados tintes gay, y Juan te tengo que decir que JK convirtió a toda una generación de niños en lectores o por lo menos lo hizo con migo ahora no ay libro que llegue a mis manos que no lo lea en cuestión de días y luego decido si es bueno o es malo no me dejo llevar por la critica ni por nombres famosos, creo que todo debería ser así. Por cierto sabias que mi familia tuvo varios años un puesto en la feria del libro cuando era en el parque central, pase muchas vacaciones entre libros y precisamente en un puesto vecino descubrí los libros de Harry Potter hace tanto tiempo ya.

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  4. Yo creo que la lectura es un gusto adquirido, como el vino por ejemplo, podes empezar con literatura "light" (no se si Cohelo sea el mejor ejemplo de esto porque si bien es cierto su narrativa es en extremo sencilla, si contiene mensajes que pueden enriquecer mucho), libros que no exigen mucho análisis ni meditación pero luego de la lectura de varios libros de ése tipo y de su consecuente e inevitable construcción del hábito de la lectura, se irá buscando literatura más pulida, mejor, más exigente; como el vino: se inicia tomando el vino más dulce que se encuentra y poco a poco el paladar va exigiendo un vino menos dulce y más logrado, empezar con un vino de mesa chileno de 30 pesos hasta llegar a un Gran Reserva o Gran Cru...ese largo pero rico camino sólo se descubre caminando por todo el recorrido, lo mismo con la lectura.

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